lunes, 8 de junio de 2009

El diario de campo: "Una herramienta de investigación en el aula

El diario de campo pedagógico es un instrumento que permite plasmar en el papel las experiencias, expectativas, necesidades logros y fracasos, con el fin de trascender en el campo educativo, a través de un proceso investigativo, que va desde lo que somos y pensamos en el interior, hasta lo que manifestamos en el exterior.

El diario de campo, además de ser una herramienta investigativa y reflexiva del maestro, hace que el acto de escribir de este trascienda y no se quede en ese solo acto, sino que se convierta en un proceso de significación y de construcción de conocimiento; también desarrolla la capacidad argumentativa y de contextualización, en la medida en que permite que el maestro despliegue todo aquello que siente en el papel, a través de textos que argumenten y sostengan cual es su postura y sus pensamientos frente a lo que dice, vivencia y propone, relacionándolo y aplicándolo en el contexto en el que se desarrollan las actividades, además de permitirle al maestro encontrase con su saber pedagógico desde sus realidad educativa.

De igual manera algunos aspectos del diario pedagógico se pueden clasificar por categorías, que permitan que se logre establecer la diferencia entre los diferentes contextos, problemáticas y situaciones presentes en el aula.

Estas categorías son la metodología, la cual incluye, la forma en cómo se va a desarrollar la clase, desde las metodologías, los métodos y algunos componentes de la didáctica, que hacen que se desarrolle de una manera diferentes cada sesión; también se incluyen los conceptos articuladores, como lo son la educación, el maestro, el alumno, el aprendizaje, entre otros, enfatizando en aquellos que tienen más relación con la realidad educativa de cada sujeto; se incluyen también las estrategias de evaluación, con énfasis en la evaluación formativa, permitiendo así el desarrollo integral del sujeto en formación; por último, se toma como referencia las teorías y concepciones , en donde se tienen en cuenta el método, el saber específico, las habilidades cognitivas y de comprensión de otras personas, para así aplicarlas a nuestros métodos de enseñanza, y poder tener nuestra aula de clase como un espacio de formación y construcción de conocimiento, a través de la reflexión que hacemos acerca de nuestro quehacer y de los planes de mejoramiento que implementamos para fortalecer dicho proceso.

Finalmente, el Diario de Campo Pedagógico, y todo lo que esto abarca, está enmarcado y atravesado por el ámbito escolar y por el lenguaje; en cuanto al primero, nos referimos a la función que tiene la escuela en cuanto a la formación del sujeto, propiciando los espacios adecuados para el aprendizaje del mismo y el fortalecimiento de todas sus capacidades y habilidades, tanto intelectuales, como sociales; y en cuanto a la segunda, pero tampoco separada de la primera, tomaremos el lenguaje como el medio más apropiado para que los actores de la educación plasmen y expresen todas aquella vivencias y experiencias que les suceden en el aula, para de esta manera llegar a la propia construcción de significados y conocimientos, a través del acercamiento del sujeto con su realidad y la relación que éste establece con el contexto en el que se desarrolla.

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